Chimeneas eléctricas: La realidad del fuego ficticio.

Historia:

Corrían los años 80 del siglo pasado cuando alguien en Inglaterra tuvo la idea de crear imitaciones de fuego, para utilizar en chimeneas simuladas y en las famosas “boiseries”, librerías de comedor en las que no podía faltar su bella chimenea sin salida de humos.

Se trataba de un ingenioso artilugio formado por una placa metálica con uno o dos porta-lámparas, en función de su tamaño. En estos porta-lámparas se colocaban las correspondientes bombillas pintadas de rojo. Y estrecho fleje soldado en la placa junto al porta-lámparas, envolvía la bombilla hasta su punto más alto, y quedaba coronado con un pequeño pincho a modo de para-rayos. Sobre éste se colocaba un molinillo de aluminio muy fino que giraba gracias al calor de la bombilla, en uno u otro sentido en función de las estrías cuidadosamente cortadas sobre el mismo. Y para coronar el ingenio una carcasa de fibra de vidrio imitando leños a medio quemar.

El éxito fue inaudito. No había “Boiserie” que se preciase si no lucía en su interior su “Bruno”, marca y nombre genérico del artefacto de marras.

Es extraño no haber visto el mencionado artificio en la serie televisiva “cuéntame”, pues marcó una época en el diseño de interior y decoración.

No había fax, no había PC, no había móvil, ni internet ni correo electrónico, pero ya existía el famoso fuego simulado “Bruno”

Con el tiempo, pasaron de moda las librerías clásicas, y la antigua ubicación del “Bruno” pasó a alojar la tele.

Han tenido que transcurrir varias décadas para que nos volviésemos a interesar por las chimeneas eléctricas o el fuego sin calor y sin humo para fines decorativos.

Tras una nueva horterada basada en mover unos trocitos de trapo con el aire impulsado por un ventilador a tal efecto aparecen los

Fuegos eléctricos de nueva generación:

Veremos diferentes tecnologías que han ido apareciendo y mejorando sucesivamente el aspecto y la imitación del fugo hasta el punto de que hoy difícilmente nos atrevemos a tocar con la mano uno de estos mecanismo sin temor a quemarnos.

Opti-Flame.

Opti-flame. Esta tecnología presenta una imitación de fuego muy real cerrada en una caja protegida por un cristal frontal a imitación de los populares Cassettes a leña. Existen modelos para ser insertados en chimeneas reales existentes y otros para colgar en la pared. Normalmente estos aparatos vienen dotados además de un calefactor de aire que gracias a un termostato pueden generar aire caliente y dar una sensación aún más veraz de realidad. La potencia calorífica máxima suele estar entre 1,5 5 2 Kw a máxima potencia y a la mitad a potencia mínima. Obviamente a elección del usuario el calefactor puede permanecer apagado. El precio es altamente competitivo.

Opti-myst.

Opti-myst. Aparece la multinacional Glen Dimplex para crear y patentar el primer simulador de fuego con agua, que utiliza vapor para crear el efecto humo y una imitación de llama totalmente real. La realidad del fuego ficticio. Todo ello gracias a la introducción de un transductor que destruye las moléculas de agua sin calor alguno formando un flujo de vapor que iluminado convenientemente produce un efecto de total autenticidad. El crepitar de las llamas que acompaña al efecto certifica su autenticidad. Hay piezas entrelazables que permites construir simulaciones de fuego de cualquier longitud.

Este caudal de llamas y humo se hace fluir a través de unos troncos cerámicos extremadamente veraces para culminar en un auténtico fuego, que no lo es.

El Opti-myst se utiliza para diferentes chimeneas ficticias. Los hay para colgar en la pared, incluyendo además un práctico calefactor que aumenta la sensación de calor y confort. Se utiliza como interior de estufas, a imitación de las de leña. Convenientemente revestido con una embocadura imita una chimenea clásica, produciendo calor gracias a su calefactor oculto.

Y exento tiene infinidad de aplicaciones para decorar todo tipo de ambientes dejando libertad de creación al decorador que corresponda.

Opti-V.

Opti-V. La creación más reciente de Glen Dimplex se basa en un holograma que debidamente revestido sirve para confeccionar chimeneas auténticamente falsas. Existen diferentes tamaños y aplicaciones y el crepitar del fuego hace que la realidad además de penetrarnos por la vista lo haga también por el oído.

Nuestros fuegos ficticios abusan de nuestros sentidos para hacernos disfrutar del fuego sin la necesidad de utilizar leña.

El fuego que cautiva nuestros sentidos:

Enamoran a la vista, su crepitar, música para el oído, tacto sin peligro alguno, engaño para nuestro olfato y el gusto de saborear una copa de buen vino al lado del fuego y en compañía de los seres queridos.